¿Cómo ha cambiado la importación de gas en Argentina?

Por Juan Bosch – Presidente de SAESA

Argentina vivió durante décadas con un patrón energético marcado por la dependencia del gas importado, principalmente de Bolivia o de buques de GNL. Hoy, ese modelo está en plena transformación.

¿Cómo ha cambiado la importación de gas en Argentina?

¿Cómo es el modelo de importaciones de GNL en Argentina?

En contextos de alta demanda, es común recurrir a importaciones para suplir con la necesidad del momento, pero la diferencia hoy es que Argentina importa de manera controlada, no por necesidad absoluta y lo hace solo cuando hay picos que la producción local no puede cubrir.

Gracias a la producción no convencional (principalmente en Vaca Muerta), la mejora de infraestructura y un marco regulatorio más previsible, hemos pasado de importar permanentemente a importar estratégicamente.

El objetivo ya no es solo reemplazar importaciones, hoy Argentina puede también exportar gas, lo que cambia el juego por completo: Nuestros proyectos incluyen la venta de gas a Brasil y la integración a operaciones con GNL, es decir mientras importamos para atender picos, paralelamente estamos exportando.

Sumado a esto, la mejora en infraestructura como los gasoductos en Perito Moreno y la FSRU de Escobar permiten aprovechar mejor la producción local y reducir tanto las compras externas como los costos logísticos.

¿Qué significa este cambio para las Industrias y Usuarios?

Este nuevo sistema ofrece beneficios sobre los precios, gracias al PSC podemos prever precios futuros. Hay una mejor planificación operativa sobre cuánto y cómo se debe importar y, además, hay una optimización de contratos sobre estos suministros combinando fuentes locales, importadas y renovables.

Es decir…

  • Las importaciones se reservan solo para los meses más críticos.

  • Argentina logra el autoabastecimiento e incluso proyecta exportar GNL hacia nuevos mercados.

  • La combinación de gas y recursos renovables estructura una matriz energética diversificada y estable.

Sin embargo, este camino requiere mantener el marco regulatorio, invertir en infraestructura continuamente y fomentar un mercado transparente y abierto. Con esto logramos sostener a largo plazo este sistema.

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