La superabundancia de gas natural puede aportar beneficios al sector logístico

Logística y energía conforman una pareja indisoluble. El sector logístico o de transporte explica normalmente un tercio del consumo de la energía global. Como contracara de la misma moneda, la energía representa un porcentaje relevante de los gastos de las empresas de logística. 

Argentina registra récords de producción de hidrocarburos, que le permiten satisfacer su demanda interna y transformarse en un actor global, exportando gas por gasoducto, o industrializado como GNL.

¿Esta super abundancia de gas natural, podría aportar beneficios para el sector logístico? Claro, de hecho, ya empiezan a verse algunas aplicaciones y beneficios concretos.

GNC en transporte terrestre.

Argentina cuenta con una trayectoria relevante en aplicaciones de GNC para el transporte vehicular. Además, de las muy conocidas estaciones de servicio de este combustible muy utilizadas tanto por transportistas como particulares, asoman nuevos desarrollos como GNC en camiones. En el corazón de Vaca Muerta particularmente, vienen creciendo propuestas empresariales de camiones para transporte de cargas asociadas con la producción hidrocarburífera. Ello permite disminuir sensiblemente los costos del transporte al tiempo que se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero.

Estas iniciativas seguramente irán expandiéndose a otras regiones geográficas y sectores logísticos, donde el GNC pueda insertarse con seguridad y eficiencia, desplazando otros combustibles más caros y contaminantes, como el diésel. Sin embargo, este combustible tiene como limitante que permite recorrer distancias acotadas por la energía acumulada en el gas comprimido, relativamente inferior a la que es capaz de entregar un tanque de diesel, por ejemplo.

El GNL y la logística: Un mundo de beneficios para explorar.

A través de un proceso de industrialización que lo congela a -160 grados centígrados y reduce su volumen 600 veces, el gas natural (metano) se transforma en GNL. Se obtiene así un energético de alto valor agregado, susceptible de ser transportado y comercializado muy lejos de sus lugares de origen.

Así es como el metano ha logrado transformarse prácticamente en un commodify, alcanzando, con su transporte en «buques metaneros» mercados muy alejados a los yacimientos de producción.

Esta realidad permite a Argentina esperanzarse con participar con su gas natural, en el mercado de GNL global. Varias empresas avanzan con proyectos de industrializar el metano y comercializarlo como GNL en el mundo. YPF – Petronas avanza en la ingeniería de su proyecto en Punta Colorada, PAE – Golar también aceleran con su propuesta de Floating GNL. Y otros actores tienen en carpetas sus propios proyectos.

El GNL no sólo permitirá comercializar nuestro gas natural en países lejanos. También puede traer una importante revolución en las opciones, costos y posibilidades para el sector logístico argentino y regional. Es que el GNL viene avanzando en el mundo como un combustible más limpio, económico y competitivo que gana inserción en el mundo logístico (entre otros). En Europa se estima para 2025 más de 25.000 vehículos pesados a GNL para logística de larga distancia y más de 200 estaciones de servicio dedicadas a expender ese combustible.

En números preliminares, en un país con la riqueza hidrocarburífera de la Argentina, pasar de gasoil a GNL podría implicar un ahorro muy significativo para las empresas de logística, una gran reducción de la huella ambiental. Además del nacimiento de nuevas oportunidades de inversión, desarrollo y creación de valor en nuestro país. Transformando recursos naturales en trabajo y crecimiento.

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