Ya no hay vuelta atrás en el camino hacia el desarrollo energético sostenible

En Argentina, el sector energético ha dejado de ser espacio de conflicto, cortes y subsidios desordenados y se ha convertido en una de las industrias con grandes oportunidades estructurales en el país.

Así lo expresó Juan Bosch, presidente de SAESA, durante una entrevista en la que analizó el momento que atraviesa la industria energética nacional y las señales de maduración que empiezan a consolidarse.

Durante décadas, la energía en Argentina fue vista como un problema. Los cortes de luz, las altas tarifas y el déficit energético significaron un sistema que parecía destinado a la inestabilidad.

Bosch, en la actualidad, reconoce que hoy, la industria de energía es “una oportunidad real para el desarrollo”.

Este cambio no es espontáneo, sino que algunos acontecimientos marcaron el antes y después:

  • Aprobación de las revisiones quinquenales de tarifas para gas y electricidad (2025-2030), después de más de 20 años sin acuerdos de largo plazo.

  • Consolidación del superávit energético, que contribuye a reducir la inflación al disminuir las necesidades de importación.

  • Mayor producción de petróleo y gas, con potencial exportador en aumento.

Construir sobre lo logrado

Lo que está ocurriendo en el sector energético argentino no es casualidad. Es el resultado de decisiones técnicas, regulatorias y estratégicas que marcan un punto de no retorno.

La energía ya no es vista únicamente desde su impacto tarifario. Es una herramienta para generar empleo, mejorar la competitividad industrial, formar parte de los mercados internacionales, entre otros.

Hoy tenemos los recursos, las tecnologías, los mercados y, sobre todo, el conocimiento y la voluntad para transformar a la energía en el pilar de una nueva etapa de crecimiento sostenido.

GNL: de recurso interno de gran potencial

Una de las grandes apuestas que hoy se consolida es el desarrollo del GNL (gas natural licuado). Tal como explicó Bosch, Argentina GNL es mucho más que un proyecto: es una plataforma estratégica para transformar nuestro gas en un producto de alto valor exportable.

El proceso de licuefacción permite transportar el metano comprimido en barcos, multiplicando su valor energético y conectando a Argentina con mercados de Europa, India y Asia.

La aprobación por 30 años de exportaciones de GNL, junto con la inversión de consorcios internacionales y el plan de embarques, que prevé exportar hasta 30.000 millones de dólares en los próximos años; ya han sido los disparadores que muestran crecimiento y necesidad activa de este recurso.

Está claro que la innovación en el uso de recursos sustentables como fuentes de energía ya llegó.

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